La Ley de 2ª Oportunidad en España es similar al “discharge” (descarga) y “fresh start” (nuevo comienzo), se reconoció algo similar por primera vez en Estados Unidos. En 1898 "Ley de Quiebras" se aprobó, reconociendo la segunda oportunidad en Norteamérica. Se creó una tradición histórica que sirve para reducir eficientemente la morosidad y las deudas de cientos de miles de ciudadanos, en particular durante la etapa de la crisis financiera de 1929, conocida como “La Gran Depresión”.
Esta ley tiene más de 100 años y personajes famosos, como Abraham Lincoln, Walt Disney y Henry Ford, consiguieron la segunda oportunidad para salir adelante. Desde hace décadas, varios paises de la Unión Europea, ya aplican la segunda oportunidad, y los ciudadanos y familias han podido cancelar sus deudas y empezar una vida nueva.
Las normas de los países de la UE han cambiado tras la crisis del 2008, consiguieron limitar la regla de responsabilidad patrimonial universal (en España se regula en el artículo 1911 del Código Civil) para la insolvencia de persona física, con el fin de rescatar al deudor en quiebra. Una “persona honesta”, con buena fe y que por mala suerte tropieza con la insolvencia supone para la sociedad una pérdida (entendida como el entorno donde ha estado funcionando el negocio fallido) y no beneficiará a nadie si se le mantiene en la situación de quiebra, cargando con sus créditos, tampoco beneficia a los acreedores, sus créditos no serán satisfechos (porque el mantenimiento de sus derechos de cobro, obstaculiza el potencial productivo del deudor). In essentia, el fundamento del consenso es el beneficio de toda la sociedad, se consiguen mejores resultados si se perdona al deudor, exonerándolo de sus deudas pendientes e insatisfechos, la medida consigue restablecer la vida de los ciudadanos y darles una nueva oportunidad.
En España, la “Ley 25/2015, de 28 de julio, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social”, reconoce por primera vez en la segunda oportunidad, siendo la norma que establece el derecho del deudor persona física, empresario y/o consumidor, de solicitar la condonación de sus deudas. Esta norma es el principio del largo camino recorrido hasta hoy por todos aquellos que aplican la segunda oportunidad. En estos momentos, lo más relevante es la profunda reforma aprobada el 5 de septiembre mediante la Ley 16/2022, que mejora la regulación de la segunda oportunidad. Por ejemplo, ahora los juzgados competentes son de lo Mercantil y la duración del procedimiento no puede ser superior a 12 meses (1 año).
La estadística demuestra que el 95% de los ciudadanos cumplen los requisitos para solicitar la segunda oportunidad.
La ley alcanza a los autónomos, personas físicas, particulares y consumidores en general, coloca al mismo nivel a la persona física con la jurídica, en el sentido del principio de responsabilidad patrimonial del Código Civil, con el ánimo de acabar con las deudas perpetuas.